sábado, octubre 20, 2007

Desde el Cuento Hasta la Epopeya y la Saga 1era Parte


Desde que éramos niños nuestros padres nos contaron historias para entretenernos, en un principio fueron cuentos de hadas como la Caperucita Roja, Blanca Nieves y los 7 Enanitos, La cenicienta, El Gato con Botas, Etc. Después en el colegio supinos de aventuras como La Iliada. La odisea, El Quijote de la Mancha, El Lazarillo de Tormes, Fuente ovejuna y el Cantar del Mió Cid entre otros, hasta llegar a textos mas filosóficos como Sidharta, Demian y Así Hablo Zarathustra.
Al pasar el tiempo uno se topa con un boom de la entretención cinematográfica como lo fue hace un par de años la Trilogía del Señor de los Anillos dirigida por un casi desconocido Peter Jackon, quien desde la lejana Nueva Zelanda se propuso el gran desafío de llevar al cine esta magnifica historia creada hace casi un siglo por el escritor ingles J.R.R. Tolkien, quien no solo creo una historia, sino un mundo paralelo, con razas las cuales tenían sus tradiciones, propias lenguas y paisajes. Al leer varios de libros de Tolkien y al ver unos cuantos documentales sobre la vida, llegue a descubrir que para crear todo este mundo paralelo de fantasía en el habían influenciado muchas cosas, entre ellas las que mas me llamo la atención fue que había tomado muchos rasgos de las culturas Celta, Anglo-Sajona. Escandinava, tanto en sus formas de vida como su lenguaje y su literatura.
En este ultimo punto me detengo, ya que se menciona mucho en la obra de Tolkien, libros como Beowulf ( Poema épico anglo-sajón escrito alrededor del año 750 d.C.) y El Kalévala(Poema épico Finlandés), empecé a encontrar un sin números de poemas de diferentes culturas que relataban las historias de héroes reales o ficticios desde la antigüedad mas remota como el poema “La epopeya de Gilgamesh” originalmente escrito hace mas de 2500 años en Mesopotamia, hasta los Cantares de Gesta como el Cantar de Roldan y el Cantar de los Nibelungos, estos escritos en su mayoría en la Edad Media, pasando por literatura oriental(Japón, China India, etc.) hasta La Araucana.
A continuación les describo algunos de sub-géneros literarios que en lo personal me llamo la atención.
La Epopeya, consiste en la narración de acciones trascendentales o dignas de memoria para un pueblo en torno a la figura de un héroe que representa sus virtudes de más estima. Casi siempre estas acciones son guerras o viajes y suelen ser muy extensas. En ella intervienen muchas veces los dioses y los elementos fantásticos, a diferencia de los cantares de gesta o epopeyas medievales y, mucho más tarde, ya en el siglo XIX, de la novela realista o epopeya del héroe vulgar o de la clase media que por entonces conquistó el poder político y el prestigio social y reveló en ella los valores de la burguesía: individualismo, materialismo.
Epopeya semítica antigua
La interesante
épica semítica antigua tomó como modelo el enfrentamiento entre un héroe que simbolizaba la civilización y los valores urbanos, el rey en un tercio divino Gilgamesh, y otro héroe que representaba los valores naturales, campesinos y rurales, Enkidu. Ésta es la materia que configura la llamada Epopeya de Gilgamesh. Los elementos de la Epopeya de Gilgamesh siguen vivos en el Génesis, libro del Antiguo Testamento. Algunos episodios del mismo están claramente inspirados en el poema y en otros episodios de otra literatura, la egipcia.
Epopeyas griegas
Se atribuyen a
Homero, un aedo o cantor de poemas ciego (aunque algunos estiman que se trata de un conjunto de poemas unidos por un refundidor común), dos largas epopeyas en hexámetros, la Ilíada y la Odisea, que constituyen el fundamento de la cultura común de los pueblos griegos. Posteriores son las Posthoméricas de Quinto de Esmirna y la Argonáutica de Apolonio de Rodas.

Epopeyas romanas
Los poetas preclásicos
Quinto Ennio o Cneo Nevio compusieron ya epopeyas en latín, pero fue Virgilio quien realizó la que se considera epopeya nacional romana, la Eneida, en doce cantos y un total de casi diez mil hexámetros; los seis primeros narran el viaje de Eneas tras la caída de Troya en busca de una tierra en que asentarse y constituyen una especie de Odisea, y los seis últimos, que narran las guerras en el Lacio de los troyanos asentados en él, una Iliada. La obra es del Siglo I a.C. y fue escrita por encargo del emperador Augusto, con el fin de glorificar, atribuyéndole un origen mítico, el Imperio que con él se iniciaba. Con este fin, Virgilio elabora una reescritura, más que una continuación, de la Ilíada.

Epopeyas orientales
La
épica japonesa se configuró fundamentalmente sobre las luchas entre los clanes samuráis de los Minamoto y los Taira, que dieron lugar al Heike Monogatari.

Epopeyas indostánicas
En la antigua India la epopeya se caracteriza por el predominio de la fantasía y lo maravilloso. Dos son las muestras principales: El Mahabhárata y el Ramayana, escritos en
sánscrito.
Las epopeyas de la India proceden de una poesía popular de relatos tradicionales de indudable origen histórico. Estos relatos proceden de la época védica, los recitadores profesionales organizados en castas, los Súta, bardos y panegiristas, conductores de los carros durante las guerras, trasmitieron estos relatos épicos, adaptándolos y completándolos. De aquí salieron las dos grandes epopeyas el Mahabhárata y el Ramayana. El sánscrito de estas epopeyas está en prosa y en verso; la narración es de forma arcaica, pero los versos narrativos forman la parte más importante; el discurso caracteriza la composición épica y reemplaza el estilo directo, mezclando en él máximas religiosas y conclusiones moralizantes.

Epopeyas hispánicas
Escritores nacidos en Hispania compusieron epopeyas ya durante la época del Imperio Romano, como Lucano, autor de La Farsalia, poema dedicado a Nerón donde se describe la guerra civil entre César y Pompeyo y el suicidio de Catón el Joven; se trata de un poema donde late un interno deseo de vuelta de la república y donde domina el estoicismo; se hizo muy famosa la frase sobre el noble y digno Catón: Victrix causa diis placuit sed victa Catoni (la causa de los vencedores plugo a los dioses, pero la de los vencidos a Catón). Esta obra lleva ya el sello del típico Realismo español, hasta el punto de que algunos lo han considerado más bien un poema histórico que una epopeya. Prudencio, el cantor de los mártires cristianos, compuso también un epopeya alegórica en la que luchaban las virtudes y los vicios personificados, la Psicomaquia. Por otra parte, durante la Edad Media no faltaron intentos de elaborar epopeyas cultas en latín, como el Carmen campidoctoris, sobre el Cid Campeador.
Paralelamente se desarrollaba una épica en lengua vulgar incitada como respuesta nacional al ejemplo de la épica francesa, que era conocida por su penetración a través del Camino de Santiago, y articuló varios ciclos épicos principalmente en torno a las figuras del Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, y Bernardo del Carpìo, y otras menos conocidas.